45 detenidos en Jerusalén y misiles de nieve
Las fuerzas del orden detuvieron el jueves a 45 personas en Jerusalén por su participación en disturbios en el este de la ciudad. Dos de los puntos calientes fueron la Puerta de Damasco, en la Ciudad Vieja, y el disputado barrio de Sheikh Jarrah. La policía recibió decenas de llamadas que denunciaban el apedreamiento de vehículos en marcha en la zona. En el barrio de Shu’afat, de mayoría palestina, jóvenes palestinos también lanzaron piedras contra coches de civiles y de la policía. En otros lugares, grupos de palestinos atacaron los vehículos de la policía con palos. Las fuerzas del orden no respondieron inmediatamente a las agresiones y efectuaron las detenciones en redadas posteriores.
El Times de Israel ha publicado este foto-reportaje de la Jerusalén nevada. Como ocurre siempre que nieva copiosamente en lugares donde no es habitual, la gente se lanzó el jueves a la calle a lanzarse bolas de nieve y hacer muñecos. Entre los más logrados destaca este del difunto rabino ultraortodoxo sefardí y líder del partido que representa a esa comunidad, Shas, Ovadia Yosef.
También en Jerusalén, algunos palestinos han aprovechado la nevada para hacer lo que más les gusta: misiles M-75 para amenazar a Israel cerca de la mezquita de Al Aqsa. También ha salido a jugar con la nieve el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman. Liberman nación en la Moldavia soviética y vio mucha nieve en sus primeros años de vida. Ayer dedicó a sus compatriotas “feliz día de nieve” con esta foto.
Aprovecho la ocasión, y que ayer pasaron pocas cosas en Israel, para contar una anécdota sobre la infancia moldava de Liberman. Ya conté aquí que el político atribuye su apabullante confianza en sí mismo a la personalidad desenvuelta y sin complejos que solían tener los judíos moldavos. Según contó Liberman hace años en esta larga entrevista, los judíos de Moldavia “hablábamos todos yidish y respirábamos Israel”. “Mis padres”, prosiguió, “desafiaban a todos cada vez que decidían hablar en voz alta en yidish incluso en un autobús lleno. Era una manifestación consciente de poder. Yo hablé sólo yidish hasta los tres años. Cuando me llevaban al hospital siendo niño, gritaba: ¡milch!, pidiendo leche. Nadie me entendía.”
Ayer publiqué en Libertad Digital este artículo sobre la efervescencia de una movilización patriótica en Ucrania que nada tiene que ver con la orgía de chovinismo fanático que presenta la prensa oficialista rusa. Un ejemplo de ello es la participación de muchos judíos en esa causa, algo de lo que hablé aquí y que desarrollo al final del artículo.