América y la UE han obligado a Israel a la ambigüedad moral con Putin
Israel fue ayer uno de los 141 países que votaron en la ONU a favor de condenar la guerra de Putin contra Ucrania. Sólo votaron en contra 5 países, entre ellos la Siria de Asad.
Israel es quizá el único país del mundo con buenas relaciones con Rusia y Ucrania. Por este motivo, la parte ucraniana le ha pedido insistentemente que intente convencer a Putin de que pare la guerra. El primer ministro Bennett ha hablado en las últimas horas con Zelenski y Putin, sin que las cosas hayan cambiado.
Ucrania pide desesperadamente a Israel que, además de ayuda humanitaria, envíe cascos y chalecos antibalas. Lo han hecho el embajador del Gobierno de Kyiv en Israel y también Oleksandr Kunytskyi, un israelo-ucraniano de 38 años que sirvió en las Fuerzas de Defensa de Israel y ahora es diputado por el partido de Zelenski en el parlamento de Ucrania. “Nuestra situación no es buena; necesitamos de verdad también el apoyo de Israel”, dijo Kunytskyi en una entrevista desde Kiev para el Canal 12 israelí. “Cuando yo era soldado en las FDI, ofrecí asistencia; cuando se me necesitaba, estuve allí”, afirmó el diputado. “I ahora pido al pueblo de Israel que haga lo mismo. Necesitamos cascos, chalecos … Por favor, enviadlos para ayudar a nuestro ejército y a nuestra gente aquí”.
En un vídeo viral publicado el martes, el rabino Moshe Azman de Kiev recrimina apasionadamente a los judíos rusos su indiferencia ante la suerte de Ucrania y de sus judíos. “Nunca, ni en mi peor pesadilla, pensé que podía morir bajo las bombas de Rusia, donde nací, donde fui a la escuela y tengo muchos amigos que hoy guardan silencio”, dijo este prominente rabino nacido en San Petersburgo. “La gente llama de todo el mundo, judíos y no judíos, incluso los árabes llaman desde Israel y me apoyan”, dijo el rabino Azman, que acusó al ejército de Putin de matar indiscriminadamente en su guerra contra Ucrania. En una entrevista en CNN, el gran rabino de Ucrania Yaakov Bleich, denunció el bombardeo ruso junto al memorial de la masacre de Babi Yar, donde los nazis mataron en 1941 a más de 33.000 judíos. El rabino Bleich afirmó que los argumentos -proteger a la minoría rusa- y las acciones de Putin -matar ucranianos- son parecidos a los de Hitler. Bleich dijo también que “la desnazificación debe hacerse en Rusia, no en Ucrania”, y explicó cómo ha florecido la vida judía en Ucrania en los últimos años.
El gran rabino de Rusia, Berel Lazar, se ha pronunciado contra la guerra. Según la publicación mexicana Enlace Judío, Lazar está considerado una figura cercana a Putin y ha sido acusado de apoyar incondicionalmente al autócrata a cambio de condiciones favorables para Jabad, el movimiento religioso del que forma parte el rabino.
En un vídeo al mundo y la nación en ucraniano difundido con subtítulos en hebreo e inglés, el presidente de Ucrania Zelenski denunció el ataque en Babi Yar y pidió a los judíos en todos los rincones del planeta que alcen la voz contra la tragedia infligida por Putin al pueblo de Ucrania. “Me dirijo a todos los judíos del mundo: ¿no veis por qué está pasando esto? Es muy importante que los judíos de todo el mundo no se queden callados ahora. El nazismo nace en silencio … Alzad la voz contra los asesinatos de civiles, alzad la voz contra las asesinatos de ucranianos.”
El canciller alemán Olaf Scholz hizo ayer su primera visita a Israel. Sholz se reunió con Bennett, con el que habló, entre otros temas, de la guerra en Ucrania y el acuerdo nuclear con Irán.
Hablando de Irán, ACOM ha evidenciado en este tuit impecable la importancia de frenar la carrera iraní hacia la bomba nuclear:
Hablemos para cerrar de la ambivalencia israelí sobre la guerra en Ucrania. En este artículo para la revista Mosaic, Andrew Koss argumenta que ha sido la debilidad y el desinterés de Occidente a la hora de ayudar y proteger a sus aliados lo que ha abocado a Israel y a sus nuevos socios en el Golfo, que tampoco han condenado a Rusia, ha haber de contemporizar con Putin para garantizarse su seguridad en casa. La gran deserción de Occidente en Oriente Medio comenzó cuando Obama dio vía libre a la entrada de Rusia en Siria para proteger a Asad, y continúa ahora con el acuerdo nuclear que con toda probabilidad reforzará económica y diplomáticamente a Irán sin que desmantele por completo su programa atómico o se comprometa a renunciar al terrorismo internacional. “Si los americanos y los europeos que quieren que sus amigos en Oriente Medio alcen la voz, deben reflexionar sobre cómo han contribuido a las circunstancias sobre el terreno. Estados Unidos ha hecho posible e incluso promovido el incremento de la presencia rusa en Oriente Medio, debido a su foco en los asuntos internos y al deseo de republicanos y demócratas de retirarse de la región. Demasiadas veces América se ha mostrado últimamente como un amigo poco fiable y un enemigo no del todo temible”, ha escrito Koss.