Atentados frustrados y un nuevo patinazo sobre Ucrania
Tres integrantes del grupo terrorista palestino Yihad Islámica murieron durante la madrugada del sábado en Cisjordania en un tiroteo con agentes de una unidad antiterrorista de élite de la Policía de Frontera de Israel que se disponía a detenerles. Cuatro agentes israelíes resultaron heridos durante la operación. Según han revelado medios israelíes, los terroristas le habían puesto al vehículo una matrícula israelí y esperaban poder entrar en Israel para cometer un atentado. Los terroristas llevaban varias horas bajo vigilancia del Shin Bet, que tenía información de que la célula se había puesto en marcha para perpetrar un ataque, cuando fueron abordados por las fuerzas israelíes. En el vehículo en el que viajaban se encontraron granadas y armas de fuego. En su tuit sobre el incidente, la Agencia EFE no tuvo espacio para escribir que los palestinos muertos en el tiroteo eran formaban parte de una organización terrorista y llevaban armas y granadas en el coche. El tuit sí incluía la expresión “en la Cisjordania ocupada”.
La misma unidad antiterrorista que dio de baja a los tres miembros de Yihad Islámica detuvo en la autopista 6 que cruza de norte a sur Israel a un palestino que había entrado ilegalmente en territorio israelí. Según una portavoz de la Policía de Frontera, el detenido tenía intención de cometer un atentado. Aquí puede verse el momento del arresto, que paralizó el tráfico la autopista 6.
Las fuerzas de seguridad israelíes continúan en alerta, tanto por la serie de atentados que se ha cobrado la vida de once personas en los últimos días como por la celebración del Ramadán, un período en el que grupos de palestinos por lo general jóvenes suelen enfrentarse a la policía israelí. El domingo por la noche, varios palestinos lanzaron piedras y otros objetos a las fuerzas de seguridad israelíes presentes en las inmediaciones de la mezquita de Al Aqsa durante el rezo que los musulmanes hacen cada noche durante el Ramadán.
Israel sigue titubeando a la hora de condenar las atrocidades rusas en Ucrania. Tras conocerse las fotos de civiles ucranianos ejecutados por las fuerzas rusas en los territorios liberados por el ejército de Ucrania, el embajador de Israel en Ucrania, Michael Brodsky, tuiteó: “Matar civiles es un crimen de guerra y no tiene justificación”. Periodistas israelíes preguntaron a un portavoz del ministerio de Exteriores si la posición oficial de Israel era que Rusia ha cometido crímenes de guerra en Ucrania, como sí han dicho ya oficialmente muchos otros países democráticos. “No”, respondió el portavoz. “Era un tuit del embajador sobre las fotos. Él no ha responsabilizado a Rusia”. La contestación del portavoz fue recibida con un alud de críticas por quienes dentro y fuera de Israel piden al gobierno de Jerusalén más claridad moral ante lo que está haciendo Rusia en Ucrania. Horas después, el ministro de Exteriores Yair Lapid escribió en Twitter: “Es imposible quedarse indiferente ante estas horribles imágenes de la ciudad de Bucha, cerca de Kyiv, de después de que se fuera el ejército ruso. Dañar de forma intencionada a la población civil es un crimen de guerra que yo condeno con dureza.”