Cómo funciona la manipulación
Siguen las operaciones israelíes contra Hamás en Gaza. Desde el aire y también por tierra con las dos primeras incursiones en las pasadas dos noches. Por lo que va anunciando el Tsahal (para mis nuevos seguidores menos iniciados, el ejército de Israel), un número sustancial de altos mandos de Hamás en la franja han sido liquidados.
Inevitablemente, hay también víctimas civiles. Más de siete mil y casi la mitad niños, según Hamás. Es difícil de creer que los terroristas digan la verdad y a veces me pregunto si no tienen el Shin Bet (servicio secreto interno israelí) o el Tsahal una forma de darnos un balance algo más aproximado a la realidad. Sería algo inédito tener a un ejército contando las bajas civiles que provoca, pero no sería la primera cosa inédita que hace el Tsahal. Claro que esto no serviría para cambiar, ni siquiera para moderar, la propaganda anti-Israel que fluye como un torrente en la línea de noticias de las agencias y las cuentas de X de muchos periodistas.
Si se asoma a uno a una de estas cuentas de periodistas españoles en la zona, casi de cualquiera, se encontrará con una lista interminable de fotografías de niños palestinos muertos o heridos, madres con velo llorando, hospitales atestados y edificios reducidos a escombros por la aviación israelí. Algunas de estas fotografías son falsas. De otros conflictos o generadas con inteligencia oficial. Pero nuestros mujaidines informativos tienen tantas ganas de hacer bien su trabajo que siempre se precipitan y se tragan todos los bulos, siempre que sirvan para calumniar a Israel.
Pero aunque no lo hicieran, aunque sólo publicaran informaciones correctas, la manipulación es evidente por una razón muy sencilla. En sus timelines, directos e informaciones no cabe ninguna información que presente en una luz positiva, o simplemente no monstruosa, a Israel. Viendo el amasijo de hierros y escombros al que quedan reducidos los edificios de viviendas de Gaza sin ver las múltiples explosiones secundarias que se producen cuando la aviación israelí bombardea los túneles que pasan por debajo de estos barrios el espectador, o el lector, sólo puede concluir que está ante un ejército criminal que bombardea bloques de viviendas por placer.
La realidad que nos hurta este periodismo que se asoma a diario al oscuro precipicio del libelo en su moruna pasión es que Israel pidió la evacuación de todas esas zonas residenciales de túneles por los que ‘el Hamás’, como dicen los comentaristas hebreos de inglés pesado en los canales de televisión israelís, mueve los explosivos que provocan esas explosiones secundarias de los vídeos aéreos que proporciona Israel.
En los últimos días ha habido dos noticias clave que han dominado, al menos durante un día, el ciclo informativo de toda cobertura digna.
El primero, el pase de los cuarenta minutos de atrocidades que los propios terroristas grabaron en las cámaras que llevaban en su cuerpo durante la masacre del 7-O. Ante la ola internacional, que no está confinada a los espacios marginales, de negacionismo, el Ejército invitó a más de doscientos periodistas de todo el mundo para que vieran por sí mismos las barbaridades que los asesinos cometieron en su pogromo. Para proteger la privacidad de las víctimas no estaba permitido grabar, pero quienes quisieron dieron buena cuenta por escrito de las ejecuciones a sangre fría y las encarnizadas torturas filmadas por estas bestias que presumían al teléfono ante sus padres de haber matado a muchos judíos. Los horrores que se revelaban en el pase fueron ignorados por unos y encuadrados por otros (El País) en el contexto de la inevitable “guerra de imágenes” entre Israel y Hamás. Es decir, el periódico más influyente de España trata una masacre probada y comparable en efecto y naturaleza a las peores atrocidades del Holocausto como una simple hipótesis formulada como propaganda. (Vean también, si van al link, la larga y penosa matización del resumen de debajo del titular: “unas imágenes inéditas que asegura que corresponden. Etc.)
La segunda información ignorada por el activismo antiisraelí de muchos medios la dio a conocer hace unas horas Israel y debería bastar para poner fin a toda tentación de equidistancia o simetría entre Israel y Hamás. Israel ha presentado pruebas de que Hamás tiene su mayor centro de comando operativo bajo el hospital de Shifa de la ciudad de Gaza. Según reveló uno de sus portavoces, centenares de terroristas corrieron al hospital para esconderse después de perpetrar el 7-O. Ninguno de estos detalles ha sido incorporado por nuestros periodistas hostiles a Israel a la ecuación que manejan para explicar lo que pasa.