El éxito y la grandeza del Estado judío
Mohammad Ghaleb Abu al Qi’an, de 34 años, mató este martes a cuatro israelíes judíos en los alrededores de un centro comercial de Beersheva. El terrorista conducía un vehículo del que se bajó para apuñalar a tres de sus víctimas en varios lugares de las cercanías del mall. La otra víctima fue atropellada por el asesino mientras iba en bicicleta. El terrorista era un ciudadano israelí de origen beduino. En 2015 fue condenado a cuatro años de cárcel por hacer propaganda del ISIS en la escuela en la que trabajaba, y había salido de la cárcel en 2019. El ataque de ayer es el tercer apuñalamiento perpetrado por terroristas árabes en Israel en una semana. Este nuevo acto de terror es uno de los más letales de los últimos años. Como otros atentados cometidos en meses pasados, fue perpetrado por alguien que trabaja como educador, lo que permite imaginar el tipo de discursos al que está expuesta una parte sustancial de los menores árabes-israelíes y palestinos en sus institutos y sus escuelas.
El primer ministro israelí Bennett participó ayer en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh en una cumbre trilateral junto con el presidente de Egipto, Abdel-Fatah el-Sissi, y el príncipe emiratí Mohammed bin Zayed al-Nahyan, que informó a sus socios de su polémica reunión el viernes con el presidente sirio Asad. Según el Times of Israel, Jerusalén ve con preocupación cómo el mundo árabe está dejando de considerar un paria a Asad. Pese a ello, Bennett se mostró abierto a escuchar y analizar la posición emiratí, lo que contrasta con las severas críticas de la Administración Biden a la reunión del príncipe con Asad. Bennett planteó a Sissi y Al Nahyan la posibilidad de crear una red regional de defensa que incluiría el sistema antiaéreo láser presentado recientemente por Israel. La red serviría para hacer frente a los crecientes ataques con drones de los rebeldes hutíes del Yemen contra los Emiratos y también a ataques con misiles como el perpetrado la semana pasada por la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán contra el consulado americano en la ciudad del Kurdistán iraquí de Erbil. La cumbre trilateral sirvió también para que los tres líderes compartieran su preocupación por la posibilidad de que Estados Unidos deje de catalogar como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria Islámica. El retorno de la Administración Biden a la política pro-iraní de Obama preocupa enormemente a Israel y a sus socios en Oriente Medio, que trabajan al margen de Estados Unidos para buscar soluciones al impacto que la reedición del acuerdo nuclear con Irán podría tener en la zona.
Pese a las muchas críticas que está recibiendo Israel por su ambivalencia política en la guerra de Putin contra Ucrania, Israel es hasta donde yo sé el único país del mundo que tiene desplegada una misión humanitaria dentro de Ucrania. Ayer mientras sonaban las sirenas antiaéreas recibió a sus primeros pacientes el hospital de campaña que funcionarios israelíes han montado y operan en las afueras de la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania. Las enormes expectativas morales que los ucranianos y el resto del mundo tienen puestas en Israel son testimonio del éxito y la grandeza del Estado judío.