Jueves, 14 de octubre
Adeptos de la secta ultraortodoxa antisionista Lev Tahor (corazón puro en hebreo) están intentando llegar a Irán para pedir asilo político a los ayatolás, según han denunciado sus propios familiares, que temen que el régimen de Teherán les haga rehenes para negociar beneficios económicos y políticos con Israel y Estados Unidos. La secta está establecida en Guatemala tras huir de Israel y de Estados Unidos. Tiene varios procesos abiertos por abusos a menores y sus miembros tienen pasaportes israelíes, estadounidenses y canadienses. “El acuerdo por Shalit quedará un juego de niños comparado con lo que viene [si estos extremistas consiguen llegar a Irán]”, ha declarado un familiar, en referencia a la liberación en 2011 del soldado israelí secuestrado por Hamás Gilad Shalit, por la que Israel pagó con la excarcelación de más de mil terroristas. Conocidos como los talibanes judíos por sus prácticas rigoristas, como tapar de pies a cabeza a las mujeres a partir de los tres años, Lev Tahor denuncia el sionismo como una ideología herética, al considerar, como otros grupos ultraortodoxos hostiles o escépticos hacia el Estado de Israel, que sólo la venida del mesías puede traer un Estado soberano hebreo en Tierra Santa. Tanto Israel como Estados Unidos trabajan para evitar que el grupo consiga llegar a Irán, aunque, según algunas informaciones, algunos líderes de la secta ya estarían en territorio iraní. (Times of Israel, Yeshiva News)
Los temores a que estos integristas que dicen estar perseguidos por su antisionismo sean utilizados como rehenes no son infundados. Irán ya utilizó estas prácticas en la llamada Crisis de los Rehenes que siguió a la Revolución Islámica en 1979. Según opositores iraníes, el vicepresidente iraní Moshen Rezaee ha amenazado recientemente con tomar represalias contra los cerca de 10.000 judíos que se estima que viven en Irán si “Israel comete un error”. El mismo Rezaee ya propuso en junio hacer rehenes a “mil americanos” y pedir miles de millones de dólares a cambio de su liberación para superar los problemas económicos que aquejan a la teocracia islámica. (MEMRI)
De ser creíble la amenaza pondría al Gobierno de Jerusalén en un complicado dilema. Por una parte, Israel tiene entre sus prioridades proteger a los judíos en todo el mundo. Pero Irán sigue avanzando hacia el desarrollo de armas nucleares y pisa el acelerador en sus planes de hegemonía en la región. En su encuentro con el secretario de Estado americano Anthony Blinken el miércoles, el ministro de Exteriores israelí Yair Lapid volvió a advertir de que Israel está listo para atacar a Irán en cualquier momento si así lo exige la necesidad de parar su programa nuclear. También el miércoles, un soldado sirio murió y otros tres resultaron heridos en lo que parece ser el segundo ataque de la aviación israelí en una semana contra objetivos militares del régimen filo-iraní de Damasco. El ataque sería parte de la guerra prácticamente abierta entre Israel e Irán y los grupos armados que financia y dirige en varios países de Oriente Medio. La extensión de la red de franquicias de terror puede verse bien en este mapa. Parte de esta misma guerra parece ser asimismo el ciberataque sufrido recientemente por el hospital israelí Hilel Yafe, en la ciudad de Hadera. La empresa de seguridad informática Cybereason reveló la semana pasada que el grupo de hackers patrocinado por Irán MalKamak está llevando a cabo una campaña de ciberespionaje para robar, de empresas aerospaciales y de telecomunicaciones, información sensible de posibles objetivos en Israel y Oriente Medio y otras regiones del mundo. (Jerusalem Post y ELINTnews)