¿Lecciones del Holocausto?
El mundo celebrará el 27 de enero el Día Internacional para la Conmemoración del Holocausto con una aluvión de discursos institucionales sobre las lecciones que nos ofrece la historia. Pero ninguno de estos discursos hará referencia a Irán, un régimen que expresa abiertamente sus intenciones genocidas contra los habitantes del Estado judío y las cultiva a través de los grupos terroristas que financia. Muchos de estos discursos ignorarán también que los judíos vuelven a estar amenazados en Europa y, lo que parecía impensable hace unos años, han comenzado a estarlo también en América, como bien explicó el presidente de ACOM, Ángel Mas, en una reciente entrevista con Estado de Alarma. Buena parte de estos discursos se referirán al elemento antijudío de los movimientos de derecha nacionalista que han surgido en Europa como reacción a la deriva woke, y a las teorías de la conspiración con tintes antisemita que han encontrado un terreno fértil en la pandemia y la vacunación. Pero ninguno mencionará la otra gran fuente de hostilidad, amenazas, intimidación y atentados contra los judíos en Occidente: los muchísimos fanáticos islamistas que se le han colado a Europa con la inmigración de África y Asia. Las razones para estas omisiones son claras. Señalar los peligros que asoman la cabeza por la derecha da, en Europa y América, réditos sociales. Hacerlo con los que representan los inmigrantes, sobre todo si son de religión islámica y razas oscuras, lleva a la estigmatización y el descrédito. Como decía, mañana muchos se llenarán la boca con la necesidad de recordar el Holocausto para evitarlo. Pero ¿qué lección ha aprendido del Holocausto el que selecciona la injusticia que denuncia según el prestigio social de quien la perpetra?
He escrito este artículo para El Tribú, el tresillo que ha montado Ferran Caballero para que sus invitados conservadores piensen y debatan en catalán, sobre un proyecto que cartografía el pogromo de Bucarest. “Incrustant la memòria de les víctimes als carrers de les ciutats on van viure i seguim vivint nosaltres ens recorda que l’Holocaust no va ser un rampell de xovinisme contra un altre poble, sinó la matança més o menys ordenada, però sistemàtica i per ser jueus, de veïns, clients, tenders, companys a l’exèrcit i la feina i fins i tot amics. A mans de gent que compartia amb ells els espais amb els que avui els torna a vincular Rottman.” Aquí puede verse el mapa.
China fue el principal país de origen de las importaciones israelíes en 2021, superando por primera vez a Estados Unidos. El año pasado Israel importó de China bienes por valor de 10.700 millones de dólares, un 40 % más que en 2020. Israel tiene con China su mayor déficit comercial: 6.600 millones de dólares. Estados Unidos ha expresado preocupación por la creciente influencia china en Israel. Pekín utiliza el peso económico de sus empresas como palanca para imponer su agenda geopolítica, como ha vuelto a demostrar con la guerra económica que le ha declarado a Lituania después de que la pequeña nación báltica hiciera un gesto simbólico reconociendo la soberanía de Taiwán.