Luna de miel israelo-rumana y "mejor les compraba un mapa"
El embajador de Israel David Saranga enciende la primera vela de Janucá en presencia del primer ministro rumano Nicolae Ciuca (en primer plano) y de su socio de gran coalición, el socialdemócrata Marcel Ciolacu. Foto: Embajada de Israel en Rumanía/Facebook
Para alguien acostumbrado al nivel casi subterráneo al que desarrolla sus relaciones con Israel la administración española, es impresionante ver el protagonismo israelí en la vida pública de Rumanía. El pasado domingo, con motivo de la primera noche de Janucá, la embajada de Israel organizó en la Ópera Nacional de Bucarest una ceremonia de encendido de la primera vela que incluía un concierto de la Orquesta Andalusí de Ashdod (Israel). El acto contó con la presencia del primer ministro rumano, Nicolae Ciuca, y de su socio de gran coalición, el líder socialdemócrata Marcel Ciolacu. Un año antes, la embajada israelí había celebrado el encendido frente al Teatro Nacional, en el corazón de Bucarest, en la presencia del primer ministro de entonces, el jefe de la oposición, titulares de ministerios clave como Interior o Defensa y los presidentes del parlamento y el senado. Además de ser una demostración del apoyo que el Estado judío tiene en Rumanía, la ceremonia le sirvió al embajador israelí, David Saranga, para advertir a los populistas de derecha (AUR) que acababan de entrar en el parlamento contra cualquier tentación de desarrollar las pulsiones antisemitas que existen en el partido. Israel os está vigilando, vino a decir el embajador Saranga. Que el mensaje se dijera desde el centro mismo de Bucarest y en presencia de todos los hombres del Estado con potencia de fuego hubo de contribuir por fuerza a que cumpliera su objetivo disuasorio. Hace menos de un siglo, la numerosísima comunidad judía rumana era un colectivo generalmente indefenso siempre a merced de las vicisitudes políticas y del humor de la mayoría cristiana. En Rumanía o Israel, aquellos judíos rumanos y sus descendientes tienen ahora un Estado orgulloso y seguro de sí mismo que le habla de tú a tú a el gobierno de Bucarest y está dispuesto a todo por defenderles. Esta hiperpresencia israelí se vio también durante los once días que duró el conflicto de Gaza del pasado mes de mayo. Noche tras noche, el embajador Saranga participó en horario prime time en el programa de las nueve de prácticamente todas las televisiones rumanas. Israel pudo de esta manera explicar al grueso de la audiencia rumana una realidad que muy pocas veces llega al público español a través de unas televisiones que se limitan, la mayor parte del tiempo, a repetir los mantras del activismo palestino sobre el conflicto. Además de estar muy presente en el espacio público, Israel tiene con Rumanía excelentes relaciones económicas y de cooperación en materia de defensa, seguridad, sanidad y cultura. Los cuerpos de seguridad israelíes se entrenan con los cuerpos de seguridad rumanos, y unidades de élite del ejército israelí se ejercitan regularmente en territorio rumano. En 2010, seis militares de la fuerza aérea israelí y un militar rumano murieron en un accidente de helicóptero en los Cárpatos, donde participaban en ejercicios preparatorios. La intensidad de las relaciones entre los dos países tiene que ver con la receptividad rumana, pero también con el dinamismo y la capacidad de trabajo del embajador israelí David Saranga. Además de cultivar lazos al más alto nivel, Saranga participa cada semana en numerosas entrevistas con periodistas. Saranga visita también fábricas, escuelas, proyectos turísticos y sociales y negocios tradicionales por todo el territorio rumano. De esta forma, un campesino de Maramures que apenas había oído hablar de Israel y podía tener ciertos prejuicios habituales en Rumanía contra los judíos conoce en persona al embajador y a partir de ese momento recordará siempre a Israel por ello.
Tras ver en la tele que dos jóvenes del movimiento Breslav estuvieron a punto de ser linchados por una turba de palestinos tras entrar por error en Ramallah, el investigador privado Ari Kaniel se dio cuenta el miércoles por la noche de que los dos jóvenes religiosos eran los que horas antes le habían pedido dinero para combustible en una gasolinera de la zona. Según escribió él mismo en Facebook, Kaniel decidió darles el dinero en el espíritu de “dar luz” propio de la Janucá. “Parece que no les expliqué bien que se trataba de dar luz a los judíos, no a los terroristas” que casi les matan y acabaron quemándoles en el coche en el centro de Ramallah. Kaniel ha añadido en twitter: “No puedo creer que les diera dinero para gasolina. Habría sido mejor comprarles un mapa”.