Netanyahu, el médico de Netanyahu y el partido rumano AUR
El presidente de Israel Isaac Herzog fue recibido el domingo con pompa del Golfo en los Emiratos Árabes Unidos. No se pierdan este vídeo de la interpretación de Hatikva, el himno israelí, durante la recepción oficial a Herzog del príncipe heredero emiratí. No es una frase hecha escribir ‘marco incomparable’. Los dos mandatarios hablaron de la cooperación establecida entre los dos países en el marco de los Acuerdos de Abraham y de la amenaza de los rebeldes hutíes del Yemen que patrocina Irán. Durante la visita a Abú Dabí de Herzog, las defensas antiaéreas emiratíes interceptaron un nuevo misil lanzado por los hutíes contra la capital de EAU.
El entrenador israelí del Chelsea, Avram Grant, ha sido acusado en un reportaje del Canal 12 de intentar abusar sexualmente de varias mujeres. Las denuncias las formulan las víctimas, la mayoría de forma anónima, que aseguran que Grant les ofreció ayuda en sus carreras profesionales para acostarse con ellas. Algunas eran modelos o periodistas deportivas. Uno de los incidentes habría ocurrido en 2020, cuando Grant tenía 67 años y su supuesta víctima 22. Según el relato de esta última, Grant la invitó a su apartamento de Tel Aviv para ayudarle a encontrar trabajo. Una vez allí intentó besarla poniéndole la mano en el muslo mientras estaban sentados en el sofá. La joven lo rechazó, pero Grant insistió en que se quedara a dormir. “No tuve coraje para decirle que no”. Aunque durmieron en habitaciones separadas, la despertó el pene de Grant cerca de la cara. Varias periodistas deportivas han denunciado asimismo mensajes y comentarios obscenos y de acosos por parte de Grant.
El título de este correo esta inspirado en el documental The leader, his driver and the driver’s wife, en el que Nick Broomfield cuenta cómo quiso entrevistar al líder supremacista blanco sudafricano Eugène Terre’blanche y tuvo que conformarse con conocer a fondo a su chófer y a la mujer de este. El resultado es un documental divertidísimo con momentos hilarantes del día a día en la Afrikaner Weerstandsbeweging o Movimiento de Resistencia Afrikáner que lideró Terre’blanche. Sospecho que Broomfield se dio cuenta de que le había quedado algo demasiado ligero que no reflejaba el daño que la AWB había hecho a muchos negros sudafricanos y por eso volvió con His big white self, un trabajo más serio que da una idea de lo que sufrió mucha gente, sobre todo en los pequeños dorpies, por culpa de Terre’blanche y los demás bullies racistas que le seguían. Una de las cosas buenas que tiene The leader… es la banda sonora con que Broomfield recorre Sudáfrica mendigando una entrevista con Terre’blanche. Corre a cargo de la banda sudafricana Splash y tiene joyas como este An eye for an eye.
Y hablemos ahora de lo que se anuncia en el título. A principios de enero escribí para la Jewish Telegraphic Agency sobre el revuelo que causó un comunicado del partido de derecha soberanista AUR sobre la creación, por parte del gobierno rumano, de una asignatura separada dedicada al Holocausto en la educación secundaria. Venía a decir AUR que el gobierno estaba convirtiendo la educación en un experimento ideológico al querer introducir materias como Educación Sexual y el Holocausto. Estos asuntos, decía el texto, eran “temas menores” y podían ser despachados con “una simple lección” en la asignatura de Historia. La formulación del mensaje, que a mi juicio es en sí mismo perfectamente legítimo, provocó numerosas reacciones en Rumanía. El embajador de Israel recordó la importancia de la educación sobre el Holocausto entre los más jóvenes y deploró que alguien pueda seguir considerando el Holocausto “un tema menor”. El Instituto Elie Wiesel denunció el comunicado como una prueba más del antisemitismo y el negacionismo de AUR, que exalta a figuras antisemitas de la historia rumana y se niega a asumir la responsabilidad del dictador rumano Antonescu y de la Guardia de Hierro en el Holocausto. El alto representante del gobierno para la lucha contra el antisemitismo, fue más allá y llegó a plantear la posibilidad de ilegalizar el partido. El senador y copresidente de AUR Claudiu Tarziu, líder de la facción más intelectual y cercana a los postulados legionarios, escribió una carta abierta al embajador de Israel en la que decía que, como cristianos, ellos no podían ser antisemitas. La carta de Tarziu lamentaba los “horrores siniestros” del totalitarismo nazi, pero no hacía lo más importante en este caso: reconocer que el Estado y parte del pueblo rumano contribuyeron con entusiasmo a esos horrores. A los pocos días de aquello me sorprendió un email. Estaba firmado por una asistente del otro colíder de AUR, el no necesariamente antisemita George Simion. Me pedía una entrevista para el Times of Israel (en realidad yo escribo para la Jewish Telegraphic Agency y el ToI publica los artículos de la JTA) para aclarar la posición del partido sobre el Holocausto y se disculpaba por lo desafortunado de las palabras elegidas en el comunicado. Yo le contesté que estaba encantado de reunirme con él pero que no contara con la entrevista: dudo que ningún medio judío esté dispuesto a ofrecerle una tribuna a alguien sospechoso de antisemitismo para que limpie su nombre. Al día siguiente me llamó uno de los consultores que le asesora, con el que espero verme hoy. La reunión con Simión tardará más porque está de viaje. Este fin de semana pasó por Madrid, revoloteó por la cumbre conservadora de Vox y se reunió con inmigrantes rumanos cerca de la Gran Vía. Antes de su viaje a Madrid, Simión volvió a asegurar que su partido no era antisemita y que estaba trabajando en una reunión en el mes de abril con representantes del Likud de Netanyahu. El primero en desmentir a Simión fue el médico personal de Netanyahu, Herman Berkovits. Berkovits nació en Rumanía y es una especie de portavoz oficioso de su paciente número uno en los medios rumanos, en los que es entrevistado con asiduidad. En un amplio artículo publicado el sábado en el Jerusalem Post, Lahav Harkov enterraba del todo las esperanzas de Simión. En una correspondencia interna a la que había tenido acceso la periodista, el jefe de relaciones internacionales del Likud, Eli Hazan, tachaba de “antisemita” a AUR y pedía a todos sus parlamentarios que no establecieran relaciones con este partido populista rumano. “Os lo imploro: no lo hagáis … Es malo para el Estado de Israel, para el Likud, y la comunidad judía de Rumanía está muy preocupada por este anuncio” [de Simión sobre una posible reunión], escribió Hazan a los diputados.
Mientras trabajaba para limpiar su imagen de antisemita, AUR guardó silencio en el Día de Internacional de Recuerdo del Holocausto [27-E] y anunció el nombramiento como presidente de honor del partido de Calin Georgescu, un experto en desarrollo sostenible con una larga experiencia en la ONU al que el partido ya propuso hace tiempo como primer ministro de un hipotético gobierno tecnocrático. En noviembre de 2020 Georgescu citó al mariscal filonazi Ion Antonescu y al líder de la violentamente antisemita Guardia de Hierro, Corneliu Zelea Codreanu, como parte de una lista de rumanos ilustres que han tenido un impacto positivo en la historia del país. Con Antonescu en el poder, murieron de hambre, frío y tifus en la Ucrania ocupada por los rumanos entre 220.000 y 300.000 judíos rumanos y soviéticos. Dentro de las fronteras rumanas, el régimen de Antonescu perpetró atrocidades como esta. Según cifras asumidas en 2004 por el Estado rumano, entre 280.000 y 380.000 judíos murieron en territorios bajo administración rumana durante la II Guerra Mundial.
Nada de esto, sin embargo, parece importar mucho en los caladeros electorales de AUR. Según una encuesta realizada la semana pasada, AUR tiene ya más de un 20 % de intención de voto, más del doble del 9 % con el que entró en sus primeras elecciones nacionales en el parlamento (diciembre de 2020). AUR se coloca de esta forma segundo por detrás del PSD, que lidera las encuestas con un 34 %. La apatía de la clase política tradicional y la energía, el carisma y la inteligencia de Simión hacen pensar que AUR está lejos de haber tocado techo.