Jorge Cachinero ha escrito en su blog de ABC sobre cómo la sombra de un posible retorno a la presidencia de Trump planea sobre las negociaciones para un nuevo acuerdo nuclear con Irán.
El programa de espionaje de teléfonos móviles Pegasus, de la empresa israelí NSO, lleva meses dando titulares en la prensa internacional por haber sido utilizado por gobiernos de todo el mundo para espiar, sin los preceptivos permisos legales, a sus propios ciudadanos. El escándalo estalla ahora también en Israel. Una investigación de la publicación Calcalist reveló el lunes que la policía de Israel espió durante años con Pegasus a ministros y directores generales del gobierno de Netanyahu además de a periodistas, empresarios, pobladores de Judea y Samaria que iban a ser evacuados y activistas de origen etíopes que protestaban contra la supuesta discriminación que sufre esta comunidad a manos de la propia policía. Entre los espiados hay también familiares y consejeros de Netanyahu y figuras clave del juicio que se sigue contra el exprimer ministro por supuesto tráfico de influencias (se le acusa, entre otras cosas, de haber favorecido a un gran grupo de comunicación a cambio de tratamiento favorable en sus medios). Todo el espectro político israelí ha denunciado la gravedad de los hechos denunciados por Calcalist y exige que se aclare lo ocurrido. El ministro de la Policía Omer Bar-lev ha ordenado crear una comisión de investigación sobre el escándalo. Netanyahu se ha expresado en la Knéset en los siguientes términos: “Aquí ha pasado algo inconcebible. Miembros de la policía espiaron de manera ilegal utilizando una de las herramientas más agresivas que existen en el mundo contra un gran número de ciudadanos: periodistas, activistas sociales de la derecha y la izquierda, alcaldes, empresarios, políticos y sus familiares”. “Una aplicación de espionaje concebida para ser utilizada contra el terrorismo y para luchar contra nuestros enemigos se convirtió en una herramienta rutinaria para que la policía espiara a civiles violando todas las leyes y normas”, dijo el exprimer ministro, que comparó lo ocurrido con que el ejército israelí “utilizara aviones concebidos para ser utilizados contra Irán, Hezbolá y Hamás para hacer saltar por los aires a civiles israelíes”. Las revelaciones comprometen aún más la credibilidad de los vaporosos cargos presentados contra Netanyahu, que según algunos analistas son resultado de una conspiración de las élites judiciales israelíes para deshacerse de un líder muy popular e ideológicamente incómodo.
La Knéset aprobó ayer en primera lectura dos versiones distintas de la polémica Ley de la Ciudadanía. Ambas versiones de la ley refuerzan los controles migratorios y renuevan el veto a vivir en Israel para los palestinos que se casen con israelíes (generalmente de origen árabe). Uno de los textos fue presentado por la ministra del Interior Ayelet Shaked, del partido de derecha del primer ministro Naftali Bennett. El otro, más estricto en sus términos, era iniciativa del opositor Partido Sionista Religioso. Las formaciones de derecha en el gobierno y la oposición enterraron por un día el hacha de guerra para asegurarse de que salieran adelante los dos textos y garantizar la aprobación de una ley que consideran clave para garantizar la seguridad del Estado judío. Ambas versiones fueron rechazadas por el partido de izquierdas Meretz y la Lista Conjunta que representa a la minoría árabe de Israel, ambos en el gobierno. Estas formaciones consideran discriminatorios los textos aprobados ayer. Tampoco votaron a favor varios diputados laboristas. Se espera que la mayoría que aprobó los textos se ponga de acuerdo para aprobar una versión definitiva que conjugue las dos versiones aprobadas el lunes en primera lectura.
Buenos días.
Muchas gracias por compartir mi artículo sobre la influencia indirecta de la posible candidatura de Trump a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 en el proceso de negociación del acuerdo nuclear con Irán.
Es Vd. muy generoso y muy amable. Lo aprecio mucho.
Felicitaciones, de nuevo, por el excelente trabajo que hace.
La lectura diaria de “El Correo de Israel” es obligada.
El año que viene en Jerusalem!
Saludos cordiales,
Jorge Cachinero