"Por sus gaseoductos los conoceréis"
Estados Unidos condenó el miércoles la reciente evacuación por parte de las autoridades israelíes de una familia palestina de un terreno de titularidad pública en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalén. La construcción, erigida sobre un terreno baldío, fue derribada por una excavadora. Dieciocho activistas palestinos y de la izquierda israelí fueron detenidos por intentar detener la evacuación. “Pido a las autoridades israelíes que pongan fin al desplazamiento y al desalojo de palestinos, en concordancia con sus obligaciones bajo la ley internacional, y que aprueben planes adicionales que permitirían a las comunidades palestinas construir de manera legal y satisfacer sus necesidades de desarrollo”, dijo la enviada de Estados Unidos para Oriente Medio Tor Wennesland. Estados Unidos también condenó el desalojo en el Consejo de Seguridad de la ONU. El embajador israelí en la ONU -donde la evacuación fue condenada de manera casi unánime- dijo que la familia desalojada “se apropió de terreno público para su uso particular”. “Es un asunto municipal que ha pasado por todos los canales apropiados de un sistema legal independiente como el israelí, y sin embargo los palestinos utilizan la cuestión, y la respuesta pavloviana anti-Israel de la ONU, para su beneficio político”, dijo el diplomático israelí, Gilad Erdan. El ayuntamiento de Jerusalén planea construir una escuela de educación especial para los palestinos que viven en la zona, además de seis guarderías y otras infraestructuras públicas, en el descampado del que fue desalojada la familia. Tras caer en manos jordanas en la Guerra de Independencia, el barrio de Sheikh Jarrah fue capturado por Israel en 1967. Un proceso ante la justicia israelí para la evacuación de inquilinos palestinos que no pagan el alquiler de sus viviendas se convirtió en mayo del año pasado en noticia protagonista en los medios internacionales, días antes de que Hamás iniciara una nueva ronda de lanzamientos de misiles contra Israel desde Gaza que duró 11 días.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado que “no es tiempo de abandonar” las negociaciones para un nuevo acuerdo nuclear con Irán. “Se están haciendo algunos progresos”, explicó con una fórmula vaga que parece indicar la falta de progresos.
Lahav Harkov contaba el martes en el Jerusalem Post que Estados Unidos ha dejado de apoyar el gaseoducto EstMed, un proyecto entre Israel, Chipre y Grecia que de construirse permitiría transportar gas natural israelí a Europa y reducir así la dependencia de países hostiles como Rusia. Según fuentes diplomáticas consultadas por Harkov, Estados Unidos ya ha comunicado a Grecia que deja de apoyar la construcción del gaseoducto por razones ecológicas y de viabilidad económica. La espantada de Washington hace aún más difícil la financiación de este costoso proyecto que no ha registrado avances sustanciales desde que se firmara en 2016. El entusiasmo de Israel por la extracción de gas también ha decaído desde la llegada al poder el año pasado del nuevo gobierno, que prefiere apostar por las renovables. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha declarado al conocer la nueva postura de Washington: si el gas israelí “ha de llegar a Europa sólo podría hacerlo a través de Turquía”. “¿Hay alguna esperanza por ahora? Podemos sentarnos y hablar sobre las condiciones”. Pese a su tradicional apoyo a Hamás y su manifiesta hostilidad hacia Israel, Erdogan parece estar en una fase de pragmatismo en sus relaciones con el Estado judío. Según medios israelíes, Israel y Turquía están preparando una visita de Herzog que sería la primera de un jefe de Estado israelí desde 2007. Varios comentaristas de twitter han interpretado de esta manera la retirada del apoyo de Washington al Medest. “No verán mucha información sobre esto en la prensa de Estados Unidos,” ha escrito el experto en geopolítica Matthew RJ Brodsky, que valora así la noticia: “Es otra indicación de que la política exterior de Obama y Biden, en la que premiamos a nuestros adversarios y castigamos a nuestros amigos, está de vuelta.” El exfuncionario del Departamento de Estado especializado en Irán Gabriel Noronha ha contestado: “Entonces Biden está en contra del oleoducto Keystone [entre Canadá y Estados Unidos], está en contra del gaseoducto entre Israel y Europa, ¿pero el [gaseoducto] ruso le parece bien?”, ha escrito Noronha sobre la complacencia de Biden con Nord Stream 2 (de Rusia a Alemania por el mar Báltico). El exdiplomático estadounidense Alberto Miguel Fernandez, al que vale mucho la pena seguir en twitter, ha concluido lacónico: “Por sus gaseoductos los conoceréis”.
Una delegación oficial israelí aterrizó el miércoles en Sudán para reunirse con el general que rige los destinos del país tras el golpe de Estado perpetrado por el ejército el año pasado. A propósito de lo que decíamos ayer de Cataluña y la DIU (Declaración Unilateral de Independencia), Israel es la única gran democracia occidental que ha evitado pronunciarse contra el golpe de Estado en Sudán. Al parecer el ejército fue, antes de que derrocara al gobierno de transición por la fuerza, el artífice del establecimiento de relaciones entre este país árabe. Probablemente por cuestiones de imagen, las autoridades civiles eran más reservadas respecto a un acercamiento a Israel que Jerusalén busca mantener aun con el cambio inconstitucional de gobierno en Jartún.