“Putin=Hitler” y pasaportes rusos quemados frente a la embajada
El ministro de Exteriores de Israel Yair Lapid condenó ayer explícitamente la agresión rusa contra Ucrania. Es el primer alto cargo israelí que señala a Rusia como responsable de la guerra en Ucrania. “El ataque de Rusia contra Ucrania es una violación grave del orden internacional; Israel condena el ataque”, ha dicho Lapid.
Justo después de esta condena, la representación de Rusia ante la ONU hacía esta declaración aparentemente intempestiva: “Estamos preocupados por los planes anunciados por Tel Aviv [a finales de diciembre] para expandir la actividad colonizadora a los Altos del Golán ocupados, lo que contradice las provisiones de la Convención de Ginebra de 1949. Rusia no reconoce la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, que son parte de Siria”. Con esta toma de posición, Moscú deja claro que endurecerá su postura con Israel si esta se aparta de la neutralidad que ha mostrado hasta ahora en la crisis provocada por Rusia en Ucrania. Israel quiere tener buenas relaciones con Rusia porque Moscú es, desde su entrada en Siria para apoyar a Asad durante la presidencia de Obama, una fuerza regional en Oriente Medio.
Horas después de las dos declaraciones, el primer ministro Bennett hacía estos comentarios sobre lo que está pasando en Ucrania: “El orden mundial está cambiando … El mundo es mucho menos estable y nuestra región también está cambiando cada día”. “Son tiempos difíciles, trágicos”, agregó el primer ministro durante su discurso en una ceremonia de graduación militar en el sur de Israel. “Nuestros corazones están con los civiles del este de Ucrania que están atrapados en esta situación”. Cuando Bennett dijo estas palabras, Rusia ya estaba bombardeando Kiev y otras ciudades del centro y el sur de Ucrania. Según fuentes diplomáticas consultadas por el Times of Israel, la posición de Bennett está coordinada con la de Lapid. A diferencia del ministerio de Exteriores, que se ha expresado de forma más clara sobre lo que Putin está haciendo en Ucrania, el primer ministro se ha puesto manifiestamente de perfil para no estropear la relación con Rusia. Bennett se reunión durante cinco largas horas en Sochi con Putin el pasado mes de octubre y es el encargado de mantener fluida la relación con Rusia. Además de tener una fuerte presencia militar en el mar Mediterráneo y en Siria, Rusia alberga una de las juderías más numerosas e influyentes de la diáspora.
Otra preocupación de Israel en la guerra de Ucrania es extraer a los ucranianos de nacionalidad israelí o simplemente judíos que deseen salir del país. Las embajadas israelíes en el este de Europa han puesto a disposición de estas personas números de teléfono de urgencia en los que se les da instrucciones de cómo cruzar por tierra a los países limítrofes. La embajada en Ucrania y las de los países limítrofes han publicado una lista de los pasos fronterizos entre Ucrania y cada uno de sus vecinos occidentales por los que deben cruzar para que los diplomáticos israelíes y las autoridades locales se hagan cargo de ellos.
Mientras, centenares de israelíes con orígenes en Ucrania, Rusia y Bielorrusia se manifestaron el jueves contra Putin delante de la embajada rusa en Tel Aviv y del consulado en Haifa. También hubo protestas en Jerusalén. Algunos de los presentes quemaron sus pasaportes rusos.
“Putin=Hitler”, decía una de las pancartas, y alguien hizo un grafiti en la puerta de la embajada con el mensaje “STOP al fascismo ruso”. Meir Itkin es el organizador de la protesta de Haifa: “No somos sólo los inmigrantes ucranianos, también los inmigrantes rusos están contra Putin. Soy de Rusia y me avergüenzan las acciones de Putin”.
Imagen de Tal Shahar publicada por Ynet