Una mini-OTAN en Oriente Medio
La histórica reunión a seis -Israel, USA, Egipto, Marruecos, Emiratos y Bahréin- en el kibutz de Sde Boker -donde vivió Ben Gurión- del Neguev terminó ayer con una declaración conjunta en que los seis ministros de Exteriores participantes destacaron, sobre todo, que esta cumbre sin precedentes entre Estados hasta ahora enfrentados se haya celebrado. La razón de que no saliera un mensaje común más concreto pudo ser la diversidad de prioridades entre los países participantes. “Si le hubieras preguntado a cada ministro sentado en la mesa, cada uno habría dicho una prioridad distinta”, ha explicado Dan Shapiro, del programa para Oriente Medio del Atlantic Council, que fue embajador de Estados Unidos en Israel y -hasta la semana pasada- enviado especial de Estados Unidos para Irán. “Para los Emiratos, [la prioridad] podría ser inversión en energías limpias; para Bahréin, seguridad marítima; para Marruecos, educación y agricultura, y para Egipto todas ellas juntas”, explicó el exdiplomático. El interés principal de Israel era buscar fórmulas para hacer frente a la amenaza de Irán, que también preocupa sobremanera a países árabes de la zona como los Emiratos y Bahréin. Según escribe Lahav Harkov en el Jerusalem Post, el ministro de Exteriores de Bahréin Abdullatif Al Zayani habló durante las reuniones de construir una “pequeña OTAN” en Oriente Medio formada por países que se enfrentan a amenazas de seguridad parecidas. (Bahréin acoge en su territorio a la Quinta Flota de Estados Unidos). Al Zayani, escribe Harkov, fue el único de los ministros árabes que mencionó en su declaración a los medios a Irán y sus sucursales de terror de Hezbolá y los rebeldes hutíes del Yemen. El otro participante en la cumbre era Estados Unidos, que veía la ocasión como una oportunidad para dar garantías a sus cada vez más alienados socios en la región de que no los abandonará. ¿Ha tenido éxito el mensaje? Dependerá de lo que haga respecto a Irán en las próximas semanas y meses. Sacar de la lista de organizaciones terroristas a la Guardia Revolucionaria Islámica, que organiza y ordena atentados contra países como Israel o los Emiratos, no parece una buena forma de tranquilizar a países amigos.
Tras el atentado del domingo, en que dos simpatizantes árabe-israelíes del Estado Islámico mataron a dos policías israelíes en la ciudad de Hadera, el Shin Bet y la Policía preparan una operación para desmantelar las células durmientes afiliadas a este grupo terrorista transnacional en el país. La operación pondrá especial atención en la comunidad árabe-israelí, de la que también salió el terrorista que acuchilló a cuatro personas en Beersheva la semana pasada. También a raíz del atentado el primer ministro Bennett ha ordenado a las fuerzas de seguridad que apliquen la detención administrativa -detención prolongada sin cargos- a los ciudadanos de Israel implicados en actividades terroristas. Hasta ahora la medida sólo se aplicaba a los sospechosos palestinos.