La generosidad casi suicida de Israel con la prensa
elcorreodeisrael.substack.com
Los medios de comunicación extranjeros, o una buena parte de ellos, son en todas las guerras que Israel ha librado en los últimos años con Hamás una falange informativa de los terroristas. Informando únicamente de las muertes civiles, aceptando como válidos los balances claramente inflados de los islamistas e ignorando los éxitos y la propia lógica militar de las operaciones israelíes, mis colegas periodistas sirven religiosamente al fin de aumentar una presión internacional sobre Israel que limita sus acciones y le impide cumplir parte de sus objetivos. Es particularmente curioso que los periodistas que con tanta devoción se entregan a este papel hagan este servicio a Hamás desde el mismo territorio de Israel. Sé cómo reaccionan Ucrania y Rusia a cualquier sospecha de excesiva simpatía por el enemigo (ya no digamos a este celo manifiesto en ayudarle). Ningún país en guerra permite la presencia en su territorio de periodistas hostiles que simpatizan con el otro bando como lo hace Israel.
La generosidad casi suicida de Israel con la prensa
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La generosidad casi suicida de Israel con la prensa
Los medios de comunicación extranjeros, o una buena parte de ellos, son en todas las guerras que Israel ha librado en los últimos años con Hamás una falange informativa de los terroristas. Informando únicamente de las muertes civiles, aceptando como válidos los balances claramente inflados de los islamistas e ignorando los éxitos y la propia lógica militar de las operaciones israelíes, mis colegas periodistas sirven religiosamente al fin de aumentar una presión internacional sobre Israel que limita sus acciones y le impide cumplir parte de sus objetivos. Es particularmente curioso que los periodistas que con tanta devoción se entregan a este papel hagan este servicio a Hamás desde el mismo territorio de Israel. Sé cómo reaccionan Ucrania y Rusia a cualquier sospecha de excesiva simpatía por el enemigo (ya no digamos a este celo manifiesto en ayudarle). Ningún país en guerra permite la presencia en su territorio de periodistas hostiles que simpatizan con el otro bando como lo hace Israel.